Sistemáticamente corrijo a quienes, sin entender la conceptualidad económica propia de la industria eléctrica chilena, se refieren a los costos marginales de producción del KWHora como ellos fuesen precios de la electricidad que pagan los consumidores. Esto transmite, a quienes se informan superficialmente, un conocimiento erróneo que se hace necesario aclarar por las consecuencias que su ignorancia produce, particularmente en estos tiempos de precios distorsionados en los que no se cumplen los principios de la teoría económica aplicada a mercados perfectos y sus sistemas marginalistas de tarificación.
Conforme define la teoría, costos marginales son costos de abastecer la última unidad de consumo en una cierta industria. NO SON los costos de abastecer la totalidad de la demanda pues obviamente, para abastecer las primeras unidades, de electricidad en el caso que deseo explicar, los costos son solo aquellos de carácter variable asociado a la producción de máquinas generadoras muy baratas, el que va creciendo hasta el punto que la demanda del ultimo kwh consumido es satisfecho por la unidad mas cara de las despachadas para satisfacer el sistema eléctrico completo. Así, conforme a la teoría económica, tarificar a costos marginales de expansión y de operación permite rentar tanto inversiones como operación del sistema completo bajo el supuesto que este está eficientemente adaptado en oferta y demanda.
Así entonces recordemos que en el caso de centrales hidroeléctricas de pasada el costo de cada Kwh producido es casi nulo y para centrales a carbón hoy son menores a 50 US$/Mwh. Como la totalidad del consumo no se puede abastecer solo con máquinas muy baratas de producción, pues ellas son de alto costo de inversión, una vez usadas a plena producción las hidroeléctricas (o nucleares donde las hay), las demandas mayores de electricidad son abastecidas, tanto en nuestro sistema termoeléctrico del norte como en el hidrotermico central, actualmente por unidades generadoras a carbón, llegando progresivamente a que el organismo coordinador del balance producción-consumo eléctrico, CDEC en nuestro caso, a tener que despachar para abastecer la demanda operación unidades generadoras cada vez mas caras de costos variables de producción pues aquí no importa el costo ya hundido de inversión, lo que horariamente determina así el costo marginal horario de producción de electricidad.
Ahora bien, lo singular es que la legislación eléctrica define expresamente que dichos costos marginales son aplicables como precios de intercambio de producción eléctrica entre las empresas generadoras, afectando entonces a las sartisfacen sus déficit comerciales comprando a costo marginal a las generadoras que producen en exceso …. sin haber tenido el legislador jamás la intención de que dichos precios llegasen a los clientes finales con la variabilidad propia de costos de combustibles, sequias, fallas en protocolos internacionales o cambios legislativos, cuyo riesgo debe tomar la empresa generadora que desea comercializar más allá de su propia producción y que es precisamente el motor moderador de los especuladores..
Dichos precios de transferencia en el pasado aplicaron sobre grandes volúmenes de energía transada en que los comercializadores de electricidad se esforzaban por reducirlos ya que valores altos de los costos marginales reducen o incluso pueden hacer negativa la renta de las ventas a grandes industriales y mineros e incluso a las distribuidoras. Sin embargo, cuando hoy hay contratos de suministro a consumidor final basados en costos marginales se pierde el motor moderador antes mencionado, lo que está provocando muy altos costos de suministro de electricidad y una reducción del interés de operadores existentes en acelerar inversiones eficientes. En efecto, cuando las empresas generadoras están con sus carteras comerciales equilibradas, los volúmenes netos transados a costos marginales son cifras menores que, paradójicamente, les hace muy atractivo a los vendedores que existan razones de mercado que provoquen costos marginales altos que les compensan ampliamente sus menores costos de producción y también los de su comercialización con clientes finales. En efecto, esto último sucede especialmente cuando como producto de renegociaciones y de nuevos contratos de suministro, los costos marginales han sido traspasados, inevitablemente para los clientes, como precios de suministro eléctrico a grandes clientes finales.
Lo descrito sin duda no ha sido voluntad de los clientes finales sorprendidos con contratos erróneamente hechos u obligados por ausencia de oferta e incluso aplicados a las ventas de empresas generadoras a las distribuidoras de electricidad como consecuencia de la validación hecha por la propia legislación que rige los procesos regulados de licitación de estas últimas. Repito que la legislación nunca pretendió que estos precios aplicasen a clientes finales, pues de haberlo considerado entonces debiese haberle dados acceso a los clientes industriales y mineros a comprar en el mercado mayorista parte o el total de sus demandas a dichos costos marginales, lo que hoy puede ser uno de los cambios de ley que se están estudiando y que podría acelerar el interés por readaptar eficientemente la oferta y la demanda desadaptadas desde el racionamiento de gas natural que nos impuso argentina.
Como un tema a analizar derivado de lo anterior es que a una empresa eléctrica generadora le convendría hoy desarrollar perversamente solo 2 tecnologias, una muy barata y otra de costos variables muy altos, pues así, las transferencias entre generadores a costo marginal resultarían sobrerentando enormemente las tecnologías baratas de los que están en posición vendedora y, por otra parte, resultando indiferente o incluso rentable, a aquellos proveedores que debiendo comprar a costo marginal traspasan via contrato dichos altos costos a sus clientes consumidores.
Aún más parecería convenir a las empresas operadoras que persistiera esta condición actual de entrabamiento del desarrollo eléctrico de centrales y líneas de transporte, pues ello mantiene en el tiempo la desadaptación entre oferta y demanda y sus costos marginales elevados.
Todo lo anterior es el desafío que la comisión de expertos eléctricos esperamos aborde en sus tareas de alto y prolongado efecto en el tiempo.
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