Actualmente hay un Comité de Expertos del sector eléctrico trabajando ad-honorem, detectando urgencias de alta relevancia y trascendencia para el desarrollo chileno, lo que entregará un diagnóstico y recomendaciones objetivas de urgente atención. Los especialistas sabemos que los desafíos son numerosos y esperamos que dicho trabajo experto los identifique, analice y plantee soluciones a algunos sin dejar de orientar futuros análisis sobre otros, esta vez remunerados, que resuelvan los temas que quedaron pendientes como en algunos casos ya se han evidencian.
Por la brevedad de esta columna sin farándula o fútbol, solo puedo mencionar algunos que no pueden quedar desatendidos o mencionados para futura atención, pues está claro que el desarrollo económico de Chile requerirá en estos próximos 10 a 15 años que se instale tanta máquina generadora y sistemas de transporte eléctrico como lo que se ha instalado en los 120 años pasados de existencia de la electricidad como motor mundial de la industria, minería, servicios y vida doméstica. En cifras, esta duplicación exige tres veces lo que se ha sobretramitado ya años, como es el proyecto eléctrico de Aysén y uno termoeléctrico del norte chico, que conjuntamente representan apenas 1/3 de las demandas previstas. Urge avanzar en el tema nuclear y en su decisión fundada en argumentos completos discutidos en ambientes educados, no en las calles y con la valentía de un gobierno educador y no evasor. Ello, paralelamente a evidenciar que el complemento que representan las energías renovables puede impulsarse intensamente con imposiciones normativas, pero cuya contraparte económica de alto costo no puede evitarse. Debe incorporarse el Netmetering y el prepago de electricidad como innovaciones de alto beneficio, así como formalizarse la figura del Comercializador en el mercado, única forma de mejorar una competencia progresivamente decaída sin romper los principios instaurados. Debe admitirse el ingreso al mercado marginalista de aquellos industriales y mineros que hoy son forzados a contratar y pagar precios sobrerentados, modificación que obligaría a una reingeniería comercial de los actuales provedores. Es necesario ejecutar la interconexión nacional de nuestros sistemas por la vía de una carretera eléctrica cuyo costo sea estampillado a todos los consumidores, habida cuenta de sus ventajas generales. Así como los anteriores hay otros temas, que esperamos sean incluidos en el informe experto que se emitirá en Noviembre.
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